Estudié el doctorado en química motivada por la intención de ser maestra de nivel superior con el sueño de ser investigadora y tener mi propio laboratorio en una universidad o centro de investigación. Durante el proceso estuve en 6 laboratorios de investigación en diferentes partes de México y el mundo donde se realizan proyectos en áreas como electroquímica, nanotecnología e incluso diseño molecular asistido por computadora. Disfruté mucho de trabajar con especialistas en diferentes áreas y obtuve grandes aprendizajes no solo relacionados con mi trabajo de tesis sino también en cuanto al acompañamiento de los estudiantes, las relaciones públicas y la administración de los laboratorios. Así que cuando terminé me sentía lista para encontrar la posición soñada.
Para mí es importante mencionar que a la par conocí el mundo de la divulgación científica: junto con mis amigos impartimos clubes y talleres de ciencia en nuestros ratos libres y desarrollé el gusto por hacer que los niños y adolescentes conozcan aspectos de la ciencia que les parecían lejanos e imposibles, sepan que pueden hacer ciencia incluso si van en la primaria y solo pueden usar su cocina como laboratorio. Esperaba con ansias los sábados en que vería a los chicos de nuestro club de ciencias y con ellos pude conquistar metas como ganar concursos estatales y nacionales de ciencia. Mi momento favorito era ver en sus rostros las emociones que despertaba cada nuevo experimento o información que les compartía. A pesar de lo genial que era, no me daba cuenta de que esa era mi pasión, seguía con la idea de ser investigadora, y es para lo que había entrado al doctorado.
Pero cuando salí a buscar el puesto soñado, lo que encontré fue la realidad en nuestro país: cada vez hay más personas con posgrado y menos espacios para volverse investigadores. Lo que sí me permitió tener el grado de doctorado fue conseguir algunas clases en la universidad y algunas horas como técnico de investigación en un laboratorio. Disfruté ambos trabajos pero no eran lo que buscaba, tenía en mente el tiempo completo y la plaza con la que había visto crecer a mis papás. Algo que aprendería en poco tiempo es que eso también es cada vez más escaso.
Suerte que había hecho bastantes actividades de divulgación, pues eso me permitió explorar otras posibilidades e irme desprendiendo de la idea de que ser investigadora era el único camino para hacer las cosas que disfruto. Así, logré ser editora de una revista de divulgación científica y después coordinadora de talleres de investigación de la Comunidad Educativa Entorno en la que acompañé a docentes y estudiantes que realizaban proyectos de investigación en diferentes áreas durante el ciclo escolar. La oportunidad que tuve ahí de expresar mis ideas y ponerlas en práctica me abrió un mundo nuevo de posibilidades para usar los conocimientos con los que contaba.
En mis ratos libres seguía haciendo talleres de ciencia haciendo equipo con mi esposo, comenzamos a tener invitaciones para diseñar talleres a empresas y capacitar nuevos divulgadores y docentes de educación básica, fue así que identificamos una oportunidad de emprendimiento que no habíamos visualizado: compartir las herramientas y materiales que habíamos reunido durante 10 años de hacer actividades de divulgación científica e impartir clases de ciencia. Sin darme cuenta ya me había movido de la investigación al emprendimiento.
Además, como extrañaba estar en el laboratorio vi la forma de tener uno en casa, que me permitiera seguir haciendo pequeñas investigaciones que mejoraran la vida de las personas. Aquí es importante decir que mi esposo también es químico y el gusto por la ciencia y la divulgación nos unió, así que juntos construimos nuestro pequeño laboratorio de cosmética sustentable. En él experimentamos con fórmulas de jabones y otros productos, con ingredientes de los que previamente hemos hecho una investigación bibliográfica para conocer sus propiedades comprobadas.
Como mi formación es en el área de la salud, también me asocié con una amiga nutrióloga y formamos el grupo Ciencia nutritiva y el proyecto + ligera donde compartimos información sobre la alimentación adecuada y las investigaciones científicas que la respaldan.
Todas las actividades que realizo buscan poner en práctica y compartir los conocimientos científicos que he adquirido desde la licenciatura, y lo que voy aprendiendo según mis nuevos intereses o las necesidades que identifico en mi comunidad.
Con los años y mis múltiples emprendimientos, he aprendido que una científica también puede emprender, liderando y apoyando no uno, sino varios emprendimientos que le permitan seguir aprendiendo y desarrollándose.