Estudié química porque mis papás me enseñaron que era interesante encontrar la razón de lo que sucedía a mi alrededor. En la carrera conviví con mujeres que me mostraron que trabajar en un laboratorio era divertido y que entre más personas lo hiciéramos era mejor. Además, me inyectaron un profundo sentido de retribución a mi comunidad, por lo que desde hace ya diez años he buscado la manera de hacerlo a través de la educación o divulgación de la ciencia y me ha gustado tanto que me dedico a ambas de tiempo completo.
Para incentivar a las chicas, en la práctica docente empleamos historias de lucha de mujeres en la ciencia que ya figuran en la mente de muchos, como son las de Marie Curie, Rosalind Franklin, Rachel Carson y Ada Lovelace. Sin duda, mujeres cuyo trabajo ha permitido muchos avances de la ciencia y ha abierto el camino para que muchas otras mujeres encontráramos nuestra pasión en los laboratorios. Sin embargo, su realidad es lejana a nosotras, sus vidas son ajenas a nuestro contexto, razón por la cual es importante que las niñas y adolescentes tengan modelos más cercanos, mujeres a quienes admirar pero también visitar y hasta colaborar con ellas, que las enamoren de la ciencia y les ayuden a dedicarse a ella, de manera que puedan convertirse en modelos para otras chicas.
En una época en la que la palabra sororidad cobra fuerza, es importante que la pongamos en práctica en la ciencia y la educación, dando a conocer el trabajo de las científicas que tenemos cerca, para que puedan volverse íconos e inspiración de chicas y chicos en la búsqueda de un mundo mejor.
Como docentes, debemos buscar a estas mujeres científicas, crear lazos e invitarlas a nuestras aulas. Hay que salir a buscarlas, se puede acudir a las universidades cercanas e indagar sobre los proyectos que ahí realizan, o aprovechar las redes sociales para descubrir a las agentes de cambio en nuestra comunidad.
La idea es conjuntar las vivencias de esas mujeres para que, entre todas, se logre construir la identidad de la mujer científica mexicana, y se tenga un referente tan grande como lo es en este momento Marie Curie.
Para lograrlo, te invito a buscar comunidades de científicas o de divulgadoras o escribirme a mi correo personal o al Laboratorio Vagabundo. Además, puedes unirte a Laboratorio para Todos, nuestro grupo para divulgadores y educadores, en el que seguramente encontrarás a alguna científica dispuesta a compartir su pasión contigo.