Hace algunos años tuve una reunión a la que también asistió un empresario joven, los dos estábamos asesorando un proyecto interesante que en parte era divulgativo y en parte desarrollo. Nos adentramos en la conversación y toqué un tema paralelo a la asesoría: recuperar metales de residuos aplicando una corriente eléctrica a aguas con óxidos de metales disueltos. Este es un tema de estudio de la electroquímica, que es básicamente aplicar o medir el voltaje o la corriente con la que podemos tener una reacción química.
Reacciones de este tipo las realizan artesanos que recubren latón: disuelven sales de cobre en ácido y aplican una corriente eléctrica “cobrizarlas”. También las vemos en las baterías de los autos que a partir de reacciones químicas se da la energía para arrancarlos y hacer funcionar la computadora. Aún cuando la aplicación de la electroquímica tiene bastantes años, su incorporación en sistemas de recuperación sigue siendo innovadora.
Al empresario le interesó porque busca hacer más sustentables sus procesos por lo que pasamos de una plática casual a profundizar en el tema. Al final no intercambiamos contactos, así que me quedé con la duda de si lo puso en marcha, pero estoy seguro que al menos investigó de qué se trata. Tip para emprendedores: siempre déjenle sus datos a quien se interese en su trabajo.
Pudiera parecer sencillo que él contacte a un investigador que se dedique a ello, pero al parecer no había escuchado hablar sobre los procesos electroquímicos para la recuperación de metales, no sabía que eso existía. Y cuando hay algo que no sabemos que existe, menos vamos a imaginar que podemos llamar a alguien para que nos ayude y lograr innovación tecnológica en nuestro proceso.
En mi camino como divulgador de la ciencia he visto cómo a partir de columnas en el periódico o de programas de radio se atrae la atención de públicos inesperados, como un empresario o alguien con un problema que podemos resolver con ciencia. Esta parte de la divulgación me parece muy interesante, conseguir cosas que no esperas, como vender un servicio a partir de usar herramientas de divulgación.
Quizá falta un poco de eso en la ciencia y hasta en la educación: ver a la divulgación también como una herramienta muy poderosa para llegar a clientes o perfeccionar la forma en la que entregamos los mensajes y lograr la interiorización de información especializada, para que en caso de ser necesario, nuestro público sepa a quién llamar.
Aunque no siempre se trata de vender un producto o un servicio, a veces tener la información a nuestro alcance, gracias a la divulgación de la ciencia, también sirve para tomar decisiones. Alimentarnos, tirar basura a la calle o hasta el dejar de usar cierto tipo de ropa, son acciones que se pueden ver modificadas gracias a la divulgación. Algunas de nuestras herramientas para dicha tarea también las utilizamos en Kenari (emprendimiento que nació de los talleres de jabones de Laboratorio Vagabundo) para que sin ser Químicas o Ingenieras, nuestras estudiantes puedan mejorar sus procesos y emprendimientos.
Porque de eso se trata hacer divulgación más allá de las actividades para infancias, que los desarrollos lleguen a aplicarse, desde que la gente vea que los productos milagro pueden sustituirse por una buena alimentación, por qué debe llevar su tratamiento médico de principio a fin o hasta cuál promoción de descuento conviene más en el supermercado (usando matemáticas básicas). Hacer ciencia de muchas maneras y con visiones distintas es importante y hay que luchar por visibilizar su impacto en la sociedad para que no sea tán fácil reducir los recursos para lograrlo , pero eso será tema para otro día.
Pensando en hacer divulgación para llegar a personas a quienes les pueda servir, el proceso de creación de un producto de divulgación o comunicación de la ciencia es diferente a la creación de una campaña publicitaria típica. Se debe abordar la base científica de los procesos o productos para comunicar con claridad qué se hace, sus aplicaciones y alcances, a veces hasta es necesario utilizar metáforas de forma que cualquier persona pueda entenderlo, porque podría ser que el mensaje le llegue a alguien que no necesariamente sepa los detalles técnicos, pero que le haga click para identificar que eso de lo que hablas es justo lo que su empresa necesita pero no lo tenían en mente.
Para quienes además de divulgar, somos comunicadores de ciencia, nuestro trabajo también es hacer más notorias las ventajas de utilizar las investigaciones científicas y procesos de la industria en productos de divulgación, además de publicarlos en revistas indexadas o de generar informes de patentes, pues no sabemos a quién podrían servir nuestras ideas, quizá a personas de otras áreas y justo así, en las interacciones interdisciplinarias se dan más fácilmente los procesos de innovación.